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El hambre compulsiva: Comer solo por comer

En tiempos donde la publicidad y los medios exaltan los cuerpos jóvenes y esbeltos, el sencillo acto de comer se ha convertido o en un tema prohibido, o en algo que puede llegar a afectar seriamente la salud pública.

La anorexia y la bulimia ocupan entre los adolescentes, el primer lugar de preocupación social, al considerar la comida como algo inútil y que no tiene más propósito que hacerlos engordar y sentirse incómodos con sus cuerpos, lo cual los lleva a matarse lentamente de hambre. Y mientras para algunos estos dos padecimientos es una lucha por volver a comer, del lado contrario aparece quienes para afrontar dificultades se dan atracones de comida.

El conocido ahora como «síndrome del apetito interminable» es un grave problema que afecta también en todos los niveles sociales, y crea un fatídico círculo vicioso en quien lo padece, ya que al comer de más y por lo tanto tener fuertes sentimientos de culpa por ello, aumenta considerablemente de peso y se siente mal por su imagen personal.

Y aunque el comer compulsivamente tiene solución, es necesario tomar ciertas medidas y mantenerse informado acerca del tema. Aquí daremos de manera concisa lo que es el hambre compulsiva y algunas formas de poder afrontarlo.

Tener ganas de comer la mayor parte del tiempo es una sensación que nada tiene que ver con el hambre como tal. El síndrome del hambre compulsiva es un problema que esconde una situación de insatisfacción emocional en quien la padece, disfrazándola de hambre. Así que la ayuda profesional es indispensable para conocer la raíz de dichas insatisfacciones y poder controlarlas de manera adecuada.

  •  El comedor compulsivo tiene verdaderas crisis que lo llevan a darse atracones de comida 2 ó 3 veces por semana.
  • Come a escondidas y fuera de los horarios  de las 4 comidas básicas.
  • Cuando se da un atracón experimenta culpa, frustración y angustia.
  • Suele seguir dietas (de especialistas o propias) para bajar de peso, lo cual de poco le ayudan si  no puede controlar las ganas impulsivas de comer.
  • Las mujeres suelen ser las más afectadas por este síndrome al estar más expuestas a los estándares de belleza y delgadez, lo cual las obsesiona por ser socialmente aceptadas.
  • Si el problema persiste por más de 6 meses se convierte en un trastorno grave que debe ser atendido de inmediato por especialistas.

Ahora bien, como saber si yo o alguien de mis conocidos padece de hambre compulsiva. A continuación se enumeran señales que muestran si se padece este síndrome:

  1. La sensación de hambre es repentina y cuando llega, lo único que se tiene en mente es comer, convirtiéndose entonces en una necesidad muy urgente.
  2. En base a esta necesidad compulsiva la persona consume grandes cantidades de alimento, y aun a pesar de llegar al punto de satisfacción continua comiendo sin parar.
  3. Al final, ha comido tanto, que en lugar de sentirse satisfecho, lo invade un gran malestar, producto del exceso de alimento consumido que le hará a su organismo digerir.
  4. No sabe con certeza si al comenzar a comer tiene realmente apetito. Simplemente ve comida y la consume.
  5. Después de cada atracón, la persona ignora si la comida consumida estaba en buen estado o incluso la cantidad ingerida.
  6. Le invade un sentimiento abrumador de culpa y vergüenza por no saberse controlar.
  7. Al mismo tiempo que experimenta ese deseo incontrolable de comer le invaden sentimientos de rabia, impotencia, miedo o ansiedad.
  8. Sabe que su necesidad de comer no es fisiológica sino mental.
  9. Cuando experimenta «antojos» no se puede estar tranquilo hasta haberlo encontrado y consumido.
  10. No sabe que es lo que quiere realmente comer, solo sabe que necesita hacerlo.

Si en alguno de los anteriores puntos te has identificado, o lo has visto en algún amigo o familiar es entonces buen momento de buscar ayuda porque por si sola la persona es incapaz de solucionar este problema sin el apoyo y la orientación adecuada.

Ahora bien, mientras se encuentra esta ayuda, damos algunos sencillos consejos que en tu casa puedes poner en practica para tratar de controlar el hambre compulsiva, y aunque en nada se comparan con verdadera ayuda profesional pueden ser los primeros pasos para lograr superarla.

  • Parar a tiempo. Si se siente el impulso de comer, detenerse unos segundos y analizar si de verdad se tiene hambre. Es probable que, si se toma este tiempo pueda aplazarse el momento de comer compulsivamente o en su caso, suspender alguno de los atracones semanales.
  • Comer despacio. Si siente que en verdad tiene hambre, o bien no puede frenar el impulso de hacerlo, tratar en lo posible de comer con lentitud. Masticar bien cada bocado y prestar atención a lo que se come. Al mantenerse consciente de este sencillo acto, será también fácil percibir cuando se siente uno satisfecho.
  • Autocuestionarse. Reflexionar si se come como consuelo o como premio. ¿Porque tengo ganas de comer ahora? ¿Qué tipo de placer da la comida que no pueda encontrar en otras actividades? Mientras se come de manera compulsiva ¿Como se siente? ¿Ansioso, triste, enojado, desilusionado? Si se relacionan las emociones durante el atracón podrán pensarse otras formas de expresar estos sentimientos en otro momento que no sea el de la comida.

Como hemos podido ver hasta el momento, el hambre compulsiva es un trastorno de raíces emocionales que provoca en quienes la padecen, conflictos emocionales fuertes que les impide ver de manera racional el daño que físicamente se causan a si mismos, y las consecuencias posteriores que podrían acarrear de no detenerse a tiempo. Es por ello importante no solo la comunicación con quien la sufre, sino además la información adecuada y la comprensión por parte de sus seres amados que le ayudaran a afrontar esta difícil situación.

Les seguimos como siempre invitando a dar sus opiniones, y a participar haciéndonos saber de que más temas les gustaría saber y que se publiquen en este su espacio familiar. Salute!