Cuando mi pequeña niña paso de la infancia a la emocionante etapa de la adolescencia (aunque probablemente no para todos los padres sea precisamente «emocionante») recuerdo que no solo su cuerpo comenzó a tener cambios, sino que también su manera de vestir y de hablar. Es increíble ver como de ser los «super héroes» para nuestros hijos, caemos de un día para otro hasta el nivel de «pasado de moda», y ya hasta lo que uno piensa es obsoleto y gracioso para ellos. Y dentro de todos estos cambios de pesadilla, vienen junto con estos, su gusto creciente y más que peligroso por todo lo material: Que si quiero un Ipod Touch, que si un IPhone, que si una lap top, que si la sudadera de moda debe decir Abercrombie… en fin, que la lista abarca tantas cosas, que incluso si hace uno memoria, nosotros quizás poco tuvimos lo mismo a su edad. Y es que los tiempos cambian… pero el costo de las cosas no.
Tristemente estamos en una época en que todo podremos decirle a los hijos menos la palabra NO. Ya todo se vuelve negociable para ellos, o peor aun, una imposición obligatoria, ya que desde pequeños los hemos acostumbrado a darles todo sin casi ninguna restricción de nuestra parte, lo cual les hace tener la falsa impresión de que tienen por derecho y sin discusión, de recibir absolutamente TODO lo que nos piden.
En mucha parte debemos reconocer que nosotros hemos tenido la culpa, ya que el argumento más fuerte para apoyar esto es el de «Quiero que mi hijo/a tenga todo lo que yo no pude» y sin embargo pasamos por alto que en realidad al darles todo, les estamos haciendo mas un daño que un bien a sus vidas, ya que es seguro que al llegar a ser adultos muy poco tendrán para enfrentarse al mundo real que impone que para ser alguien hay que luchar por ello y no solo extender la mano.
Es por eso que se hace importante el enseñarles desde pequeños el valor del dinero, y no solo el de recibir una x cantidad de dinero los Domingos, sino también y más allá el de poder mostrarles que todo tiene un costo, y lo que implica el pagar algo con ese dinero a cambio de obtenerlo. Quizas ya tus hijos no son tan pequeños y están en la etapa en que sino están y tienen materialmente como los demás chicos de su edad, se sienten diferentes o rechazados, ya que la cultura de lo material es lo único que vale para tener y hacer «amigos».
Una propuesta que leí hace poco en una revista americana es la de organizarles su primer presupuesto. Quizas suene raro el hacerles algo que incluso para uno como adulto resulta casi imposible, pero ahí reside lo interesante, ya que al hacer juntos como padres e hijos un presupuesto ya sea semanal, quincenal o mensual les ayudara a ambos a entender el manejo sabio del dinero y la mejor manera de administrarlo para que cubra las necesidades básicas tanto de un niño como de un adolescente en sus gastos de cada día. Una cantidad dada por ejemplo, a la semana deberá cubrir alimentos, transporte (si es que toma camión para ir y venir a la secundaria o preparatoria), y cosas como copias o el pago de algún tramite escolar inesperado. Será el compromiso del chico hacer que le rinda esa cantidad durante una semana y si algo le llegará a quedar, motivarlo a que en vez de gastarlo lo ahorre, y así con esos sobrantes poderse costear una ida al cine o a comer con sus amigos.
Créanme que hacer que nuestros adolescentes se hagan responsables de sus propios gastos y gustos será una buena lección tanto para ellos porque así podrán valorar lo que es gastar incluso en un café de Starbucks o unas papas de C&A, hasta para nosotros que a veces no le vemos el fondo a tanto gasto y pedidera de dinero que por pequeños que sean tiene un peso sobre nuestros pesos.
Si tu como papá tienes algunas otras ideas para ayudar a los adolescentes y niños a ser más prudentes con sus gastos les invito a que los compartan y así de paso darnos una ayudadita entre todos. Y ya para el siguiente post seguire un poco más con este tema e ideas para que los chicos hagan su propio dinerito…. Salute!